CAMINO
Aunque poco percibido por los humanos. Captado por aquellos que abren la posibilidad de la no mente, sintientés sin objetivo, la percepción del revolotear de los pajados no como visión del objeto, sino abriéndose a la transmisión de la cualidad como energía, la unificación de los elementos producidos por la gran madre, ofreciendo al desconocido la posibilidad de la unión con el mundo fenoménico.
Un ciprés meciéndose por el viento comunica la lejanía, áspera y fría, los sentidos sé entremezclan intentando discernir las cualidades de lo desconocido, encontrando la complejidad de la mente siempre en constante auto-reconocimiento, creyendo ser la parte vinculante que nos permite la total percepción y al unísono sabiéndose limitada por esa misma creencia.”No soy no perduro”...
Que es esa mente afirmándose y negándose proyectando la percepción de algunos sentidos, justificándoles como la realidad de la vida, ¿porque plantearnos la necesidad de un yo sintíente como objetivo último de la existencia?, que en el mejor de los casos nos permite una existencia egocéntrica justificada y alimentada aparentemente por nuestro propio beneficio. Acaso aquellos que nos hablan de un renacer o una continuidad, perduran en ese yo. Y no siendo así, ¿donde ubican su sentir?.
Este YO que aquí se comunica a tomado la determinación de expresarse de la forma más honesta que se le permita. Sintiendo que hay algo superior. De corazón, mente y cuerpo me entrego, como instrumento de la manifestación y reconociendo la manifestación relativa de este mundo compuesto, mi deseo, es comunicar a través de este blog, mi proceso hasta convertirme en aquello que sea de menester por el bien de todos los seres.
Escuchando los sonidos que me rodean siento el palpitar del corazón, la vibración penetra a través de los filtros auditivos, táctiles, oculares incluso gustativos, generando la unificación de los sentidos, proyectando hacia la percepción del pensamiento imágenes de un mundo abstracto que nos inunda, produciendo la visión molecular, generando una reacción en cadena que libera el fuero interno.
Experiencias en las sombras, vislumbres de la opacidad mental que crea la ilusión de la experiencia, atrapes, somnolencias. Esta presunción del ver determina el apego a nuestra vivencia.
Planteando este camino espero, no se convierta en la expresión de un yo vinculado, que genere la creencia del yo soy.
Comunicarme el parecer, de aquellos que son pronunciados, puesto que el mundo esta necesitado de la experiencia mas halla de la materia, urge el cambio interior y exterior de la manifestación para configurar un nuevo planteamiento de vida.
El primer punto de interés parar el tiempo, utopía o realidad de aquellos que se determinan buscadores, la observancia del pensamiento, la simplicidad es el consejero del espíritu y con la repetición de la vibración correcta podemos alcanzar la experiencia reveladora. Entre pensamiento y pensamiento entrando en la expansión de la conciencia.
La muerte el paso indiscutible, mas halla de todo, queda como la inmutable consagración del nacimiento, vinculo de la vida con la existencia terrena, necesario es pues el enfrentarse con este desconocido que para esta sociedad es el tabú por excelencia y el máximo agresor de nuestra mente concreta. Es aquel que nos proyecta hacia la ilusión y el aferramiento del deseo, proceso del “ yo soy “.
Enfrentarnos con la muerte requiere de la comprensión de que no somos un cuerpo físico, tampoco el proceso de pensamiento estructural, que nos limita en la percepción de la realidad, ubicándonos en el sentir de las emociones a partir del recuerdo del pensamiento, generando que toda nuestra capacidad se desvirtúe, por un yo que sé auto-reconoce dentro del espacio-tiempo.
La muerte como proceso no tiene contexto en nuestro campo de percepción, por lo tanto debemos afrontarlo como lo que es, un desconocido que a partir de su manifestación remueve todas nuestras neuronas y nos presenta la posibilidad de abrirnos en un campo energético desconocido pero no inexistente.
La conciencia de este desconocido nos transporta fuera de la opacidad de la estructura mental y nos acerca a la simplicidad de la naturaleza, la impermanencía de aquello que nace y muere no conlleva la destrucción de la imposibilidad de una conciencia superior sino todo lo contrario, es en ese instante cuando tenemos la posibilidad de traspasar la limitación de nuestro envoltorio humano y ser parte del desconocido.
La vivencia del aquí ahora nos permite reconocer el instante de muerte de nuestra estructura mental, física y energética, que produce el sentir sin condicionantes externos e internos, alojándonos en la apertura del ser completo. Otorgándonos la libertad que a todos los seres nos pertenece, por ello la simplicidad de este mundo o plano es la complejidad del siguiente y por esta simplicidad es por lo que la mente concreta no acepta la posibilidad de la experiencia como camino.
Es ese momento que todas las estructuras, biológicas, filosóficas o religiosas dejan paso a la manifestación del desconocido. Teniendo en cuenta, que el nombre de este desconocido será para el pensador un recuerdo abstracto a partir de la experiencia obtenida no podremos otorgarle otra palabra que desconocido.
Siendo capaces de ver, sentir o percibir el pensamiento como imagen nuestros pensamientos nos dan la posibilidad de la experiencia directa que conlleva cada uno de los mismos. Proyectaros por nuestra mente concreta, otorgando al observador el no apegó a la situación Interrelacionada entre lo externo y lo interno, apareciendo el mundo causal como parte de nuestro proceso interno y creando una nueva realidad de nuestra percepción.
A partir de la experiencia, nuestra mente concreta se abre creando la unificación de los sentidos del cuerpo físico dando la apertura de los sentidos sensoriales de nuestro inconsciente.
Pasado el tiempo de la mente, solo la apertura del corazón nos conduce a la observancia del espíritu.
Como aquellos que desde la lejanía contemplan “la mar, inmersos en su sentir”, proponiendo la experiencia de la respiración conseguimos la apertura de la percepción de la energía como expresión del camino uniéndonos con aquellos que desde el principio de los tiempos han caminado el sendero de la LUZ.
La simplicidad de la percepción del aquí ahora es por derecho nuestra realidad de adquisición, sin pronunciamientos de forma.
La simplicidad del desconocido hace mella en la estructura de toda mente dual, produciendo un sinfín de posibilidades dadas.
Solo la semilla producida por el propósito interno nos permitirá estructurarnos mas allá de la mente concreta. Dándonos una apertura real hacia el despertar.
La percepción del aquí ahora se convierte en la única realidad de todo lo percibido, atrás queda el discernimiento de la mente concreta que atrapa la experiencia a partir del juicio del “yo soy”.
Planteamientos de análisis a partir de la obtención de la supramente o conciencia que nos saca de toda dura, desapareciendo toda estructura propuesta por la dualidad del pensamiento.
Primer pensamiento intuición. Zona de percepción envoltorio energético.
Segundo pensamiento inducción. Zona de percepción envoltorio emocional.
Tercer pensamiento deducción. Zona de percepción envoltorio mental.
Cuarto pensamiento juicio. Zona de percepción mente dual.